Cuando Otto Abbott me llamó para que viera su exposición he de admitir que primero no tenía muy claro cómo la encajaría en el blog. ¿Sería yo capaz, que no se nada de técnica de hablaros de fotografía? Pero después de conocer la temática de la muestra, el puerto y toda la costa de A Coruña, no me pude resistir, “Mar de mares” tenía que estar en Llegando a puerto, así que me dirigí hasta el Monty Ambigú para conocerla.
Esta serie de 16 fotografías surge del safari fotográfico que se organizó por los muelles de la ciudad dentro de la iniciativa que lleva el mismo nombre, Mar de Mares. El guía fue el fotógrafo Amador Lorenzo y la ruta comenzó en Tabacos y remató en los muelles de Oza para continuar por la tarde entre la plaza de Ourense, plaza de Lugo, Millennium y la Casa de los Peces, a donde se llegó una vez libre de turistas. A lo largo de esta ruta, Otto Abbott realizó una serie de 36 fotografías de las que 16 se pueden ver en este bar situado en la plaza del Papagayo. Él quedó encantado con el resultado y se animó a hacer su primera exposición. Primero fue en La Maleta y ahora, durante el mes de junio, aquí.
Santiago Ramas, que es el nombre real de este fotógrafo aficionado, tiene una historia para cada una de sus instantáneas. Una explicación de por qué la tomó o a qué le recuerda. La del cartel, por ejemplo, se la dedica a su familia, 5 hermanos al que, como estos cabos, les unía algo más fuerte, que en este caso era su madre.
Abbott no tiene un estilo definido todavía. Líneas rectas y simétricas dice que inspiradas en fotógrafos de arquitectura como Roi Alonso, mástiles como las obras de Oscar Cabañas y fotografías desenfocadas inspiradas en uno de sus favoritos, Vari Caramés. Y por el medio historias personales, como la de las escalerillas del muelle de Oza que abren y cierran la muestra y que le recordaban a su época como profesor de natación. Porque Santiago, en realidad es docente, estudió magisterio, pero cuando nació su niña se dedicó a cuidarla y ahora, buscar su lugar profesional, valorando la posibilidad de enfocarlo hacia la fotografía de manera seria. Todavía no lo tiene claro.
Es lógico si pensamos que empezó a formarse hace solo tres años, precisamente porque prefería sacar él mismo fotos a su familia en lugar de contratar sesiones fotográficas. Así, es curioso que lo que más le cuesten sean los retratos y precisamente es en lo que está trabajando. Hasta ahora prefería fotografiar objetos en primer plano y así descontextualizarlos. Es el caso de una de sus imágenes con alambre de espino, podría ser en cualquier lugar del mundo e incluso evoca a un campo de concentración o de refugiados, pero no es más que el entorno de la vía del tren tren a su paso por los muelles de A Coruña. “El puerto se ha convertido en una zona cerrada a los coruñeses, que solo se abre cuando viene la Cutty Sark”, lamenta este fotero.
Estas son solo algunas de las imágenes (no quiero desvelároslas todas) que podéis ver en esta exposición mientra os tomáis algo, pero debéis daros prisa porque este mismo miércoles finaliza la muestra. De hecho, hoy es un buen día para visitar Monty Ambigú ya que cumple tres años de vida y pretenden celebrarlo con cañas, pulpo y música.
Si no os da tiempo, tranquilos, en septiembre está previsto que Mar de mares se cuelgue en La Dársena, otro bar con tradición artística. Deciros que si alguna imagen os convence, Otto Abbott las vende por 25 euros cada una, con marco incluido. De momento, ya se ha quedado sin tres de ellas. También participa con una imagen en otra muestra de carácter colectivo en Atlántica Centro de Arte que se inaugura este miércoles. “Un migrante na rúa” pretende ser un homenaje a la interculturalidad, pluralidad y diversidad.
Pero creo intuyo que uno de los proyecto del que más orgulloso se siente, curiosamente no lo hizo él. Si no los compañeros de cole de su hija. Con motivo de la Semana de la Ciencia, el colegio Compañía de María pidió colaboración a los padres para realizar actividades relacionadas con la ciencia, así que realizaron unas sesiones con niños de cuatro años en las que experimentaron con la luz y sobre todo con la fotografía. Repartió unas cámaras automáticas entre los pequeños y tras unas horas de trabajo, salió una auténtica muestra espontánea que, como tal, fue expuesta en el centro.
Ahora, este fotógrafo que se apunta a todo cuanto curso y taller hay para ir aprendiendo, disfruta viendo como a su niña ya empieza a picarle el gusanillo de la fotografía. Le gusta ver las imágenes, tomarlas y hasta se presta como modelo.
¿Y vosotros sois amantes de la fotografía? Hacédmelo saber y seguiré recomendándoos planes culturetas.
¡Hasta la semana que viene, marine@s!
Graciñas Carolina por tu dedicación ;-) Otto también te lo agradece... dice que se siente bendecido.
ResponderEliminarJajaja... Gracias a Otto por hacerme esa "ruta" por su exposición. Ha sido un placer.
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